Beatriz Mojica: el mensaje detrás del informe


José de la Paz Pérez

El informe legislativo que la senadora Beatriz Mojica Morga presentó en Plaza Quebec, en Acapulco, no fue un simple recuento de actividades ni un acto rutinario de rendición de cuentas. Fue, en realidad, un movimiento político calculado, un mensaje de continuidad y una declaración de intenciones en un momento importante para el futuro de Guerrero.

La frase que marcó el tono del evento —“Aquí he estado siempre… Aquí voy a estar”—  reafirma su presencia en la vida pública del estado y la coloca en la línea de salida rumbo a las definiciones que se avecinan en el tablero político guerrerense. 

Mojica  Morga no disimula: quiere seguir participando en la transformación del estado, y lo dice frente a quienes tienen la capacidad de influir en las decisiones que vienen.

El evento fue un escaparate político cuidadosamente armado. La presentación de su trabajo legislativo fungió como introducción, pero lo central fue el mensaje: un Guerrero con oportunidades, sin racismo ni desigualdad, y con un proyecto transformador que, según dijo, aún no está consolidado.

El énfasis en los “sueños” de los guerrerenses no es casual. Mojica intenta conectar con una ciudadanía que exige resultados más tangibles de la Cuarta Transformación a nivel estatal. En ese sentido, se coloca como una figura que no sólo interpreta esas demandas, sino que pretende encauzarlas políticamente.

Identidad afromexicana, eje simbólico

Sin duda, uno de los momentos más significativos fue cuando reivindicó su origen afromexicano. No es un adorno discursivo: la senadora utiliza su identidad para reforzar su representación social. 

En un estado marcado por desigualdades históricas, su presencia como primera senadora afromexicana le permite articular un discurso de justicia y de inclusión que, políticamente, tiene un peso simbólico importante.

Al recordar que casi 700 mil votos la llevaron al Senado, dejó implícito que tiene capital político propio, algo nada menor en un escenario donde las lealtades internas suelen decidir candidaturas.

Lealtad a liderazgos

Otro punto destacado en su discuso fue su respaldo explícito a la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, y a la gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado. 

Mojica se coloca sin ambigüedades en el eje central de la Cuarta Transformación, enviando una señal hacia la dirigencia nacional: ella está alineada, disciplinada y lista para asumir responsabilidades mayores dentro del proyecto.

El mensaje es doble: continuidad con Sheinbaum Pardo y respaldo a Evelyn Salgado, pero también la construcción de su propia identidad política dentro del movimiento.

Advertencias al pasado y blindaje hacia el futuro

Al advertir sobre el riesgo del “regreso de los neoliberales, clasistas y racistas”, Mojica retoma el tema del movimiento, pero la adapta al contexto guerrerense, donde la disputa política local suele definirse por la capacidad de movilización territorial. El mensaje es claro: su proyecto es moral, histórico y, según sus pabras, irrevocable.

El amplio acompañamiento político —senadores, diputados, magistrados, funcionarios y representantes partidistas— mostró que Mojica tiene redes y músculo político. El informe fue, para efectos prácticos, un acto de posicionamiento en un momento donde ya nadie juega a la neutralidad.

Mojica no sólo rindió cuentas: puso sobre la mesa su intención de competir en las próximas definiciones internas y su disposición a encabezar un nuevo capítulo de la 4T en Guerrero. Lo dijo con claridad: seguirá caminando con el pueblo.

Si el acto fue una declaración de continuidad, el trasfondo fue una reafirmación de futuro. En política, pocos mensajes son tan evidentes como cuando alguien dice: “Aquí voy a estar”. En Guerrero, esa frase suena, sin duda, a preludio de batalla.

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