José de la Paz Pérez /
*Por cuarto año consecutivo, la mandataria encabezó la ceremonia en un estado marcado por el machismo, consolidando el cambio histórico de tener a una mujer al frente del poder y de las tradiciones políticas
Chilpancingo, Gro., 16 de septiembre de 2025. – En un estado históricamente bronco y marcado por el machismo, las cosas ya no son las mismas: por cuarto año consecutivo, el Grito de Independencia en Guerrero fue encabezado por una mujer gobernadora.
Evelyn Salgado Pineda volvió a salir al balcón central del Palacio de Gobierno para dar voz a la arenga de libertad, consolidando un cambio político y social que parecía impensable hace apenas unos años.
La explanada de la Casa del Pueblo se convirtió en el corazón de la celebración, donde miles de familias vivieron una gran fiesta mexicana en el marco del 215 aniversario del inicio de la lucha independentista.
Entre vivas, luces de pirotecnia y un ambiente de unidad, se dejó claro que Guerrero también escribe su propia historia de igualdad.
Acompañada por mandos militares y navales, así como representantes de los poderes Legislativo y Judicial, y el alcalde de Chilpancingo, Gustavo Alarcón Herrera, la mandataria evocó con voz firme a los héroes nacionales, al tiempo que el público respondió con un enérgico “¡Viva Guerrero, viva México!”.
El evento, que transcurrió con saldo blanco, se distinguió por su carácter familiar y festivo. Fuegos artificiales y drones iluminaron el cielo de Chilpancingo, mientras en la explanada se compartían antojitos mexicanos, música de mariachi y danzas folclóricas.
La verbena popular tuvo como plato fuerte la presentación del grupo Merenglass, la voz de Félix Jr. y la Banda La Reno, que pusieron a bailar a los asistentes, reafirmando que la fiesta patria es también un espacio de identidad y orgullo guerrerense.
Con esta cuarta ceremonia encabezada por Evelyn Salgado, Guerrero confirma que los símbolos del poder ya no son exclusivos de los hombres.
La tierra que durante décadas fue sinónimo de machismo, ahora escribe una página distinta, con una mujer al frente que marca un antes y un después en las tradiciones políticas del estado.