José de la Paz Pérez /
*Un encuentro entre dos hombres desesperados dio origen a un movimiento que ha salvado millones de vidas. Hoy, Alcohólicos Anónimos celebra nueve décadas de llevar un mensaje de vida a quienes han perdido toda esperanza
Hoy, 10 de junio de 2025, se cumplen nueve décadas desde que un encuentro entre dos hombres marcó el inicio de una revolución silenciosa, una que no se libró en campos de batalla, sino en el corazón de millones de personas.
Fue en 1935 cuando Bill W., un corredor de bolsa de Nueva York, y el Dr. Bob S., un cirujano de Ohio, se reunieron en Akron. Ambos compartían una lucha desesperada contra el alcoholismo, una enfermedad que los había llevado al borde de la destrucción.
Y ese día, sin saberlo, fundaron lo que hoy conocemos como Alcohólicos Anónimos (A.A.), un faro de esperanza para quienes creen que no hay salida.
Lo que comenzó como una conversación entre dos almas rotas se convirtió en un movimiento global. Bill y Bob descubrieron que, al compartir sus experiencias y apoyarse mutuamente, podían mantenerse sobrios.
Así nació el primer grupo de A.A., basado en un programa de 12 pasos —luego ampliado a 36 principios— que no sólo promete abstinencia, sino una transformación de vida. La premisa era simple pero poderosa: Solo un alcohólico puede entender y salvar a otro alcohólico.
Hoy, al cumplirse 90 años de aquel primer encuentro, miles de reuniones se celebran en todo el planeta. Cada una de ellas es un faro de esperanza para quien aún vive en la oscuridad del alcoholismo activo. Cada historia contada en esos grupos es una prueba de que la recuperación es posible, de que nadie está solo en su lucha.
En estos 90 años, A.A. ha crecido de manera extraordinaria. De aquel pequeño grupo en Estados Unidos, hoy existen más de 120,000 grupos en unos 180 países, todos operando bajo el mismo principio de anonimato, solidaridad y servicio. No hay jerarquías, no hay líderes supremos; solo personas que, habiendo tocado fondo, extendieron la mano a otros para evitar que repitan su caída.
Durante nueve décadas, AA se ha consolidado como una red mundial de apoyo que trasciende fronteras, idiomas, credos y culturas. Allí donde haya una persona dispuesta a pedir ayuda, habrá un grupo de Alcohólicos Anónimos dispuesto a extender su mano.
Porque nadie está demasiado lejos ni ha caído demasiado hondo como para no tener una oportunidad.
Un llamado a quien aún sufre
Si hoy estás leyendo esto y el alcohol ha convertido tu vida en un ciclo de culpa, vergüenza y soledad, este mensaje es para ti: no estás solo. Alcohólicos Anónimos no tiene requisitos más allá del deseo de dejar de beber. No importa cuántas veces hayas fallado, qué grande sea tu desesperación.
En algún lugar, hay un grupo esperándote, listo para recibirte sin juzgarte, en donde hay hombres y mujeres dispuestos a compartir contigo algo tan valioso que salva vidas: Experiencia, fortaleza y esperanza
La grandeza de A.A. radica en su simplicidad. No es una religión, ni una clínica, ni una secta. Es una hermandad de personas rotas que se reconstruyen juntas, un día a la vez. Su misión sigue siendo la misma que en 1935: llegar a quien aún sufre y no sabe que hay otra manera mejor de vivir.
Hoy AA celebra 90 años de historias de liberación. De padres que volvieron a abrazar a sus hijos, de profesionales que recuperaron sus carreras, de personas que encontraron paz después de años de tormento. Detrás de cada una de esas historias hay algo en común: alguien decidió creer que un cambio era posible, y se dispuso a hacer lo necesario para lograrlo.
Si el alcohol ha tomado control de tu vida, hoy puede ser el día en que todo empiece a ser distinto. Ningún día es demasiado oscuro; ninguna noche es demasiado larga. La puerta de A.A. está abierta. Solo tienes que dar el primer paso.
Porque Alcohólicos Anónimos no existe para hacer ruido, ni para figurar en portadas. Existe para salvar vidas. Para ofrecer un espacio donde alguien, un día, pueda decir: “Yo también creí que no había esperanza. Pero me quedé. Y hoy estoy vivo”.
Porque la esperanza, como el programa de estos 90 años, sigue viva. Y está aquí para ti.